Les compartimos 3 poemas del libro Vitología del autor Alfredo Domínguez. 

Autor: Alfredo Domínguez Virgen

Mi locura

Podría perder todo menos mi locura,

A mi locura que le hago el amor,

Y así, desnudos me pide que le lea una poesía,

Y estas tu locura mía,

Desnuda, recostada en mi cama,

Con tus ojos fijos a mis labios,

Yo de pie, tan vulnerable,

Desnudo dándote todo lo que tengo,

No tengo ropa sólo poesía,

Todo lo que tengo es para ti,

Locura mía,

Y entonces si te vas ¿para qué quiero mis sentidos?,

¿De qué me sirve el olfato?,

Si no puedo percibir tu aliento, disfrutar tu olor

¿De qué me sirve el tacto?

Si no podré sentir tus senos, tus manos, tus besos

¿De qué me sirve la vista?

Si no podré admirar tu cuerpo, así perfecto, desnudo sin ataduras,

Tan libre y hermosa,

Con un carajo dime ¿para qué quiero el gusto?

Si no tendré tus besos

¿Para qué quiero oír?

Si no escucharé otro te amo.

No te vayas jamás,

Hermosa locura mía,

Que si te vas,

Dime ¿para qué quiero mi alma?

Depresión nocturna

En una cama sola estoy,

Con los pies helados,

Y el corazón destrozado,

Los celos me inundan,

La piel me arde,

Mi corazón retumba,

Mis manos sudan,

Es un día de estos,

Perdón si no te lo he dicho,

Pero siempre en el momento que menos lo necesito,

Mi mente colapsa,

No quiero salir a sonreír si no estoy feliz,

Y si que tengo motivos para estarlo,

Quiero quedarme en casa,

Llorar una siesta,

Dormir una vida,

Sentir una profunda depresión.

No desesperes mujer,

Para esto no hay cura,

Sólo el tiempo,

Ni tus besos,

Ni tu cuerpo me salva,

Es un hermoso respiro del alma,

Que grita cansada del entusiasmo,

De la felicidad y la hermosura,

Necesito esto,

Necesito llorar, escribir, pintar.

Saldré de esto,

Lo haré sólo,

Estaré en poco tiempo con una sonrisa,

Una cerveza en la mano,

Y un beso en mis labios

Duerme, estoy aquí

Duerme tranquila,

 Yo estoy aquí, sentado,

Viendo tu espalda se levanta suavemente,

Como impulsando un globo,

Hacia una explosión prematura,

Si, estoy aquí,

Fumando un cigarrillo,

Mientras el humo entra en tu cuerpo,

te asfixia y poco a poco dejas de respirar,

De sentir, de amar.

Estoy aquí, sentado,

Viéndote ahí acostada,

Sin alma, sin fuerza,

Diciéndote adiós,

Con un beso en tus labios helados y blancos,

Adiós.