En un esfuerzo conjunto por fomentar la diversidad cultural y propiciar el diálogo, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y la Unión Europea, Invitada de Honor de esta edición, han decidido abrir espacios dedicados a la difusión y concienciación de las problemáticas enfrentadas por las editoriales independientes.
Esta iniciativa, la primera de su tipo, busca arrojar luz sobre el desafío que enfrentan las editoriales independientes en un mercado saturado por best sellers, relegando la labor de estos sellos a un segundo plano. El Encuentro de Editoriales Independientes fue inaugurado con la participación del embajador de la Unión Europea en México, Gautier Mignot; Hugo Setzer, presidente del Consejo Directivo de la Cámara Nacional de la Industria Editorial (Caniem); el editor Carlos Armenta, representante del Gremio de Editoriales Independientes de México, y Genoveva Muñoz, también representante del gremio.
Durante la inauguración, se resaltó la importancia de las editoriales independientes en la generación de diversidad cultural y social, aspecto que, según Carlos Armenta, a menudo se descuida en las grandes editoriales. Armenta enfatizó la necesidad de otorgar un espacio destacado a la industria independiente en una de las ferias del libro más destacadas del mundo. Gautier Mignot celebró la contribución de la FIL al fomentar la circulación de libros producidos por editoriales de menor renombre.
El primer diálogo, titulado «Edición independiente, ¿en dónde estamos?», contó con la participación de las escritoras y editoras Afri Aspeleiter (sello Concreto de Argentina), Elizabeth Goldrick (editorial irlandesa Little Island Books), y Renate Renka (Janis Roze Publishers de Letonia). Las participantes destacaron las diferencias entre el mercado europeo y el latinoamericano, señalando que en México recientemente se aprobó una ley para regular los precios, brindando apoyo a editoriales y librerías que no pueden depender exclusivamente de best sellers.
Renate y Goldrick resaltaron la comunicación fluida entre editoriales en Europa, donde se promueve el trabajo conjunto y se brinda espacio a las editoriales independientes. Renka comparó este proceso con la realidad de vivir y expresarse desde Letonia, donde es necesario abrir un camino para denunciar los problemas editoriales y del país.
Por otro lado, Afri Aspeleiter, de Concreto, señaló que, excepto en México y Brasil, las editoriales en Latinoamérica a menudo son ignoradas, y la centralización de librerías y editoriales obstaculiza el panorama laboral. Destacó la falta de asociación en Argentina, a pesar de tener un mercado amplio, y abogó por seguir el ejemplo de los amigos mexicanos para asociarse y luchar por sus libros.
Las participantes coincidieron en que, a pesar de los aciertos y errores en el proceso editorial, aún queda un camino por recorrer, enfatizando la importancia de dar seguimiento a las iniciativas y diálogos surgidos en eventos como la FIL de Guadalajara.