Sandra Alarcón Rojas | Marzo 2024
En esta selección de poemas, Alarcón nos invita a adentrarnos en un viaje emocional a través de versos que se entrelazan con la experiencia humana, tejiendo una red de reflexiones sobre la libertad, el paso del tiempo, la belleza efímera y la confrontación con lo inevitable. Con una maestría singular, la autora nos sumerge en un universo donde las palabras adquieren vida propia y nos guían hacia la comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que habitamos.
Libertad Se enredó entre unos versos tropezó con unas letras y salió entre palabras de las que nunca más regresaría. Colibrí No quiero escucharte, tu vuelo me causa repudio. Sentirte cerca engalanando a otras flores, acelera la partida. Tu lengua bífida que, en otrora magnificaba sutil belleza, es ahora, arma letal. Mi tarde es gris, y tu noche eterna para dulces sueños; deleite que bajo el sol conquistaste. Primavera inequívoca para tu arte. Ahora llueve, disfruto del invierno. No espero desagravios, solo que desaparezcas. El mutualismo finaliza, el visillo de luz se opaca. Colibrí, no espero más tu cercanía. Mi fragancia se ha ido, mi color empalidece, mi belleza debilita. Sola me encuentro en este final. Te llevaste lo mejor, el encanto de mi polen. Lleva a otros prados tus colores, embarga con tu candor y melodías lejos, revolotea el basto mundo. Colibrí, usurpaste lo dulce de mi vida. Canas Volando más que de costumbre aparecen ahora cubriendo mi cabeza, posándose en la hojalata de mi pensamiento resbalando por la cúspide de lo que un día fue deseo cayendo en los escarpes de bronce sobresaliendo del agua salada. Amigas del viento, de la soledad y el olvido, sin fuerza asoman a la luz de la penumbra del recuerdo Impulsadas por el pasado, pretendiendo instalarse en la lucidez terminal de la futura muerte. Resistencia innecesaria que lleva al dolor infinito instantes perpetuos, volátiles en las memorias. Terminan fungiendo como jueces eternos. Pandora Después de las tormentas, se aquietan los sonidos y vuelven a sus escondrijos pasando por entre las telarañas. Ocultos esperan en apariencia inertes, un pensamiento en contravía seguros de su estridencia. Llega el momento, se pronuncia la palabra el fuego se exacerba. Hirientes se apoderan de unos ojos. Ya no hacen falta las palabras. Rosas Empalidecidas caen sobre las esquelas entre la bruma de letras que cuentan sobre el déspota deseo. El apego obnubilado habitante indeleble con voz cavernosa permanece mientras la tormenta de llanto cesa entre líneas esperando suaves pétalos. Es de madrugada, el reloj impulsa el ánimo, impone en la atmosfera fragancias ilusorias a una espera sin tiempo. Los años transcurren a veces como saeta que viaja entre momentos. Otras como velero sin propulsión, sin viento que traiga su aroma, al jardín funesto. Postrero prodigio vestido de negro corona radiante la fosa de tierra que cubre de rosas al inerte cuerpo.
Sandra Liliana Alarcón Rojas. Nacida en Tunja – Boyacá- Colombia. Poeta, psicóloga y artista escénica, madre de dos hijos de 14 y 20 años. Incursiona desde su infancia en el mundo de la poesía y en la adolescencia comienza a escribir sus primeros versos. Posteriormente se dedica a la escritura de poemas, literatura infantil, y dramaturgia. Ha participado en diferentes certámenes literarios como escritora invitada y en calidad de declamadora obteniendo los primeros puestos en diferentes festivales. Amante de la poesía, en donde encuentra su refugio y liberación, continúa alimentando el espíritu deseoso de dar a luz su primera publicación.