Les compartimos el primer capítulo de Tal vez es amor de la autora Mary Viñas.
Sobre la autora: María de Jesús Viñas Ramírez, radica actualmente en la
ciudad de Puebla, MX, comenzó hace un par de años atrás escribiendo para una
página varios Fanfic y este es uno que gustó mucho y que escribió en dos
partes, el escribir es una de sus grandes pasiones.
Capítulo 1:
Todos los personajes de Sailor Moon le pertenecen a Naoko Takeuchi
«Era insegura, grosera, nada amorosa, vivía despeinada, era algo así como perfecta»
Siento el frio de la mañana, la cabeza me duele, no… duele es poco tal parece que la han taladrado abro de a poco los ojos, la luz del sol intenta entrar por las rendijas de las persianas al obscuro y frío cuarto, ese cuarto que está igual que yo, mis ojos están hinchados he llorado estos dos días desde que llegue, no pude hacerlo antes, no en el funeral, no con esas miradas sobre mí, podía escuchar sus murmullos -pobrecita- lástima… me tenían lástima, pero nadie sabía la verdad, nadie sabía que yo era la culpable de todo lo que paso… yo los mate.
Papá… mamá… espero que algún día me perdonen, que algún día pueda perdonarme yo, me siento sobre la cama froto mis ojos y camino al baño abro la llave, el agua es fría pero no me importa me quito la playera, los jeans la ropa interior, por dos días no me he cambiado, no he comido y he dormido muy poco, siempre es la misma pesadilla, ¿cómo me quede dormida? lo último que recuerdo fueron las palabras de ellos.
-Ikuko mírala, porque dejamos que pasara esto…
-Kenji ahora está con nosotros tenemos que apoyarla… nuestro amor la hará salir de esto nos tiene a nosotros su familia.
-Ese tipo va a pagar todo lo que le hizo te lo juro –podía escuchar la voz de mi padre quebrarse- te lo juro por nuestras hijas Ikuko.
-Lo sé, juntos lo haremos como siempre.
No debí cerrar mis ojos y dejarme vencer por el sueño, debí decirles a los dos que me perdonarán, que los amaba mucho a pesar de haberme negado a escucharlos ahora me comprendían y me ayudarían a superarlo, el frío del agua cae sobre mi piel no siento nada, es que ya nada mas puede afectarme, termino la ducha me enredo en una toalla tomo otra para mi cabello y camino al espejo me veo, ¿cómo me convertí en esto? aún tengo varios golpes, quien los viera creería que es por el accidente, si supieran….
Si, mis ojos están hinchados y mi piel más blanca que de costumbre, me seco y tomo rápidamente ropa de la maleta que aún está en el piso, no quise ni desempacar saco mi ropa interior otros jeans azules desgastados y una playera rosa con el conejito esa que tanto me gusta, después de vestirme me siento frente al tocador y cepillo mi largo cabello rubio y pensar que iba a cortarlo que estupidez… me peinaré como tanto me gustaba cuando era más pequeña y lleve el mismo peinado todos los días hasta la preparatoria, mis clásicas coletas a los lados con odangos
Así era feliz, eran otros tiempos, sonreía como ya nunca volveré a sonreír, termino mi peinado tomo las llaves del auto que aún estaban en el piso, me pongo unas gafas obscuras para ocultar mis ojos hinchados detrás de ellos y tomo aire lleno mis pulmones de aire… mi aire obscuro para soportar lo que viene, abro la puerta la luz me da en la cara y respiro una y otra vez pareciera un pez fuera de su cómoda pecera, siento que no podré soportarlo que me asfixio, pero tengo que intentarlo doy pasos inseguros y llego a las escaleras tomo aire de nuevo y las bajo me dirijo a la puerta no quiero ver la casa me traerá dolorosos recuerdos, y salgo de ahí casi corriendo me recargo sobre la puerta cerrada a mis espaldas-vamos tienes que lograrlo-veo mi auto un Beetle amarillo pastel aún está ahí enfrente de la casa mal estacionado, voy a él me subo apoyo mi cabeza en el volante… Dios esto es tan fuerte me cuesta respirar, ¿podré vivir sin ellos? mi vida se ha terminado….
Enciendo mi auto y tomo la carretera me dirijo al pueblo más cercano, mi padre construyó esta casa para que todos viniéramos aquí una vez al mes a olvidarnos de todo por un fin de semana solo a convivir como familia no había más que lo necesario nada de tecnología, comíamos frutas y verduras mi padre iba a pescar junto a Amy mi hermana mayor, mientras mi madre mi hermana Mina y yo cocinábamos con las verduras de nuestra huerta que el señor Amade cuidaba para nosotros, no teléfono, no internet, no televisión por cable, no luz solo convivir en familia, la familia que yo destruí, unas lágrimas traicioneras recorrían mi rostro las seque rápidamente y pude ver la entrada al pueblo, tenía que hablar con ellas debían estar preocupadas por mí.
Me dirijo a la tienda de abastecimiento el Señor Sazuke es el dueño y también fue gran amigo de mis padres en cuanto me ve parada en la puerta suelta unas cebollas que tenía en las manos y camina a mí, yo levanto una mano para que se detenga, lo entiende y después de unos minutos de silencio escucho su voz ronca.
-Serena no sabes cuánto lo siento, tú sabes bien que tengo mucho que agradecerles a tus padres, cuando mi hijo enfermo ellos vieron por él y nunca me cobraron nada del costoso tratamiento, cuentas conmigo y con mi familia –su voz se quiebra y salen unas lágrimas de sus ojos, sé que quiere abrazarme pero si lo hace lloraré sin parar, mi boca esta seca trago saliva para aclarar un poco mi garganta y poder hablar.
-Me puede prestar su teléfono tengo que…
-Claro Serena puedes tomar lo que quieras adelante –se hace a un lado y me señala el teléfono inalámbrico que esta sobre el mostrador, camino hacia el y marco espero el tono de llamado y escucho la voz de mi hermana Amy.
-Hola…. –me toma varios segundos poder responder sin llorar respiro con dificultad cosa que imagino debe escucharse del otro lado del teléfono – Serena ¿eres tú? Hermana ¿estás bien? Contéstame por favor Serena….
-Amy… estoy bien.
-Gracias a Dios todos te han buscado por todas partes…
-Perdónenme… pero necesitaba estar sola
-Serena no nos vuelvas a hacer esto, me han pasado muchas cosas por la cabeza pensé que ese hombre te había llevado y…
-No Amy… estoy bien… estoy en la casa de campo y quiero quedarme unos días más…
-¿Has comido? ¿Tienes dinero? Podemos ir contigo… Mina y yo podemos alcanzarte y…
-No Amy quiero estar sola, dile a Mina que estoy bien y que pronto regresaré
-Serena, no has olvidado lo del casting ¿verdad? Recuerda que es importante para Mina y tenemos que estar con ella… debemos seguir juntas… las tres –podía escuchar sollozar a mi hermana, la fuerte Amy llorando, diablos todo por mi culpa.
-No lo olvido Amy ahí estaré me tengo que ir
– espera… ¿segura estas bien?
-Si Amy estoy bien en unos días regresare las quiero mucho –y termino la llamada mi boca está más seca, creo que ya ni saliva tengo cuando me volteo el señor Sazuke ya tiene una bolsa de papel en las manos llena de víveres, me observa con esa misma mirada de lástima, no puedo soportarlo y bajo mi cabeza, él se acerca con cautela y me entrega la bolsa.
-Por lo que escuche mi querida niña te quedaras unos días, toma lleva esto e intenta comer, por favor tus padres no quisieran verte así.
Tomo la bolsa y apenas si sale un gracias casi en susurro de mi boca salgo de la tienda y voy a mi auto, el pueblo siempre es tranquilo, pero hoy en especial veo más movimiento del común, tal vez habrá una fiesta o algo que definitivamente no me importa, pongo la bolsa con víveres en la parte trasera del auto y subo comienzo a alejarme del pueblo veo varios policías reunidos en la salida uno de ellos me hace una seña a modo de saludo y yo le respondo igual y sigo de frente.
Conduzco sin rumbo no sé cómo llegue al lago, y veo varios botes en la orilla camino hasta ahí y un viento llega a mi cara me quito las gafas obscuras intento llenar mis pulmones de aire los arboles alrededor hacen ruido de sus ramas chocando contra otras y el viento se vuelve de momento un poco más fuerte, caigo de rodillas con mis manos en mis muslos y lloro, mi padre le encantaba venir aquí a pescar, Amy siempre venía con él y nunca más volveré a verlo tan feliz saliendo con sus cañas de pescar sus pantalones caqui cortos con un chaleco a juego y su sombrero con ese ridículo pez bordado pero que tanto le encantaba, nunca más… y me quedo ahí llorando por mucho, mucho tiempo.
Regreso a la casa ya es tarde el sol comienza a ocultarse y después de varios minutos bajo del auto, entro y mi mirada da al muro que está a mi lado derecho unas letras con la palabra familia y varias fotos de nosotros están ahí habíamos decorado esa pared hace algunos meses siempre los 5 juntos en todas sonriendo como la hermosa familia que éramos mis ojos se llenan de lágrimas.
Me quedo ahí no sé por cuanto tiempo echa un ovillo a un lado de la puerta cuando alguien toca y me hace brincar, ¿será él? ¿Me habrá encontrado? Mi corazón late sin control, el pánico me llena y mis manos tiemblan, no… debe ser una pesadilla debo de estar soñando, ahora no estará nadie para defenderme estoy sola, vuelven a tocar a mi puerta y escucho unos pasos que recorren la entrada, vuelven a tocar y una voz se escucha.
-¿Hay alguien? ¿Pueden ayudarme? tuve un accidente –esa voz no es de él así que aun temblando y con mis piernas como gelatina me incorporo pongo mi mano en el pomo de la puerta y la abro.
Me encuentro con un hombre alto debe medir 1.90 tez apiñonada cabello negro y algo alborotado y unos impresionantes ojos azul zafiro que me hacen quedar hipnotizada con ellos, se ve sucio, pero trae un traje negro que debe costar una fortuna, cuando puedo despegar mis ojos de los de él aclaro mi garganta, pero él se adelanta y habla
-Oye podrías prestarme tu teléfono tuve un percance con mi auto no sé cuántos kilómetros atrás y es urgente que llame para que vengan por mí –me recorre con la mirada diablos estoy hecha un desastre intento poner algunos cabellos tras mi oído y me sonrojo un poco, pero que rayos me pasa- hey me escuchas ¿estás bien?
-Co… co… como se… -tartamudeo terrible-que no eres un asesino en serie o un ladrón y…
-Ves mucha televisión, ¿cómo no sé qué eres una loca, ermitaña, asesina?
-¿Qué? –apenas lo puedo creer me llamo loca, ermitaña, asesina – no lo soy vete no tengo teléfono tendrás que caminar al siguiente pueblo y ahí te ayudan -cierro la puerta en sus narices y escucho una maldición e insiste en tocar
-Disculpa no quise llamarte así, ayúdame he caminado no sé cuántos kilómetros y ya no puedo más.
Pego mi oído a la puerta no se escucha nada tal vez se fue, tengo curiosidad por abrir la puerta, cuando escucho un golpe seco, abro rápidamente y veo a ese hombre desmayado frente a mí, por Dios ¿y si está muerto? mis ojos se abren como platos y camino despacio hacia él, viéndolo bien es atractivo me arrodillo a su lado para tomarle los signos vitales huele bastante bien una mezcla de maderas y cítricos su ropa se ve que es de muy buena calidad pongo mi mano en su pecho y acerco mi oído a su corazón, se ve pesado ¿cómo lo meteré a la casa? no mejor voy por alcohol y lo reanimo aquí aun bien vestido podría ser un asesino o un ladrón.
Entro rápidamente a la casa y busco en el botiquín encuentro el alcohol y tomo un trozo de algodón, regreso y sigue ahí en el suelo, empapo la mota de algodón y cuando la acerco a su nariz mi mano roza sus labios una corriente eléctrica recorre mi cuerpo, cuando veo sus labios unos labios carnosos y… ¿eso es una sonrisa?
– ¿Vas a besarme? ¿Quieres besarme?
-Eres un imbécil –me levanto como resorte mientras ríe a carcajadas y se queda sentado en el piso.
-Era la única forma en que abrieras, ahora si me prestas tu teléfono
-No tengo teléfono y si tuviera no te lo prestaría así que largo de aquí
– ¿O si no? -arqueaba una ceja- ¿Llamaras a la policía? Hazlo llama a la policía –decía cruzando sus brazos y aun carcajeándose.
-Cretino –camino hacia la casa, pero él se incorpora rápido y se mete antes que yo cerrándome la puerta en mi cara, si mi propia puerta cerrada delante de mí- oyee que te pasa abre inmediatamente la puerta abre –grito golpeando con mis puños aun puedo escuchar su estúpida risa.
Entreabre la puerta y puedo ver la mitad de su rostro- ¿me prestaras tu teléfono? Si te dejo entrar…
-Tienes que ser más inteligente Serena… suspiro-, sino dormiré fuera de la casa además de que comienza a hacer frio y solo tengo mi playera de conejito.
-Está bien… déjame entrar –abre la puerta y extiende su brazo derecho, como dándome la bienvenida a mi propia casa pero que se cree… camino hasta la sala ahora es cuando me arrepiento de no tener mi celular conmigo tan fácil que sería deshacerme de este tipo dándoselo y corriéndolo de mi casa pero no, Serena no quería comunicarse con nadie e ironías de la vida ahora lo necesitaba.
-Bueno permíteme tu teléfono y en cuanto manden por mí te dejare hacer lo que sea que estuvieras haciendo
Este hombre solo recorría con la mirada mi casa y ahora como tomaría la noticia de que no había teléfono y además esa forma arrogante de ser me sacaba de quicio y si al decirle la verdad se pone furioso… bueno no me quedaba otra más que hablar con la verdad.
-Bien señor arrogante, le dije que no tenía teléfono como puede ver esto es una casa de campo y no hay luz, teléfono, internet ni nada y como le dije tiene que ir al pueblo más cercano para pedir ayuda.
-Maldición… pero ¡qué diablos! donde vine a caer –decía dando pasos de un lado a otro como león en jaula y se llevaba las manos al cabello- bien debe haber otra opción ¿dime tu auto sirve?
-Claro que sirve
-Dame las llaves
– ¿perdón? Estas muy equivocado si crees que te voy a dar mi auto ya hice mucho con dejarte entrar y si no te vas muy pronto vendrá mi familia y… -entonces los recuerdos vinieron todos de golpe, lo que sucedió con él, el accidente, mis padres, el funeral, mis ojos se llenaron de lágrimas y me derrumbe caí de rodillas no podía parar de llorar, pero él no se acercó a mí me dejo llorar solo se quedó ahí de pie… tenía que calmarme pensé, seque mis lágrimas con las manos, me levante y vi que ya no estaba creo que debió de entender camine hacia la puerta para asegurarme que ya hubiese partido cuando vi que caminaba de vuelta con la bolsa de víveres en la mano ¿se atrevió a entrar a mi auto?
-Cabeza de chorlito debes de poner la alarma o te robaran el auto mira me encontré comida y tengo hambre gustas –decía mientras pasaba delante de mí entraba a mi casa y se comía mis manzanas esto era el colmo de la arrogancia.
-Escúchame bien Don arrogante no tienes ningún derecho de hacer esto deja mis cosas y vete de aquí ahora…
-Si el auto tuviera las llaves ya me hubiera ido y te lo mandaría más tarde pero por más que busque no las encontré ahora –decía mientras se sentaba en el sillón subiendo los pies en la mesa de centro como si fuera su casa- tienes dos opciones o me das las llaves del auto o me llevas al pueblo, aunque pensándolo bien hay otra más me quedo aquí contigo esta noche y si tienes un poco de suerte, puede que te deje dormir a mi lado –sonreía cínicamente, haciéndome sonrojar no sé si de coraje o de sus atrevidas intenciones.
– ¡Jamás! Sube al auto ahora… no quiero pasar más tiempo del necesario a tu lado -caminé de prisa a la puerta y pude escuchar como venía tras de mí, subí al auto sin voltear y encendí pude escuchar cómo se cerraba la puerta del copiloto y sin verlo arranque rumbo al pueblo.
-Pero que humor el tuyo, de verdad cabeza de chorlito sino cambias un poco jamás tendrás novio, y dime ¿cuánto tiempo tienes viviendo aquí como ermitaña? –voltee a verlo fulminándolo con una mirada asesina cosa que no lo inmuto ni un poco y seguía comiendo creo yo la segunda, sino que tercera manzana tan despreocupadamente.
-No es cosa que te importe y además estas comiendo mis manzanas
– ¿quieres? Decía extendiendo su manzana ya mordisqueada.
-No -fije mi mirada al frente no quería ni siquiera verlo, aunque sentía su mirada recorrerme, el camino al pueblo se me hizo extremadamente largo cuando en auto solo era cuestión de no más de 15 minutos, un poco de alivio llego a mi cuando estacione el auto enfrente de la tienda del señor Sazuke quien ya había cerrado, pero aún se veía luz dentro- Toca el Señor Sazuke te prestara el teléfono y ahí adelante hay un hotel donde puedes quedarte, ahora sal de mi auto.
-Espera… espera… cabeza de chorlito, es mejor que tu hables con el… ¿Señor Sazuke dijiste?… ya que te conoce, es más fácil que abra su tienda a ti que a mí.
Si quería deshacerme de él lo mejor era que lo hiciera le prestara su teléfono y dejaría de molestarme, hice un mohín de desagrado y baje del auto, fui hasta la tienda y toque en cuanto el Señor Sazuke se asomó y me vio rápidamente abrió.
– ¿Serena estas bien?
-Si solo que… Don…
-Darien Shields –se adelantó a mi saludando rápidamente y apretando la mano del asombrado Señor Sazuke que tenía sus ojos abiertos como plato, así que se llama Darien Shields- mucho gusto tuve un accidente varios kilómetros atrás y llegué hasta la cabaña de la Señorita Serena, que me trajo amablemente con usted para que me permitiera hacer una llamada y vinieran por mí.
Perdón… en qué momento pase de ser cabeza de chorlito a Señorita Serena, no cabe duda que con otras personas cambia y no se muestra como el Don arrogante que es conmigo.
-Joven Shields ¿está usted bien?, pasen por favor y claro que puede ocupar el teléfono está ahí –decía señalando el Señor Sazuke siempre tan amable, mientras Don arrogante hacia su llamada fui a la ventana, el pueblo se veía tan tranquilo ya serian un poco más de las 8 y ya me sentía cansada, cuando una taza de té caliente me saco de mis pensamientos el señor Sazuke siempre sonriendo me la ofrecía la tomé y le sonreí a medias le di algunos sorbos.
Darien Shields estaba al teléfono también tenía ya una taza de té y como siempre de forma arrogante se desplazaba por toda la tienda como si fuera su casa, él se sentía dueño del mundo, vaya tipo no imaginaria a las personas que trabajaran junto a él seguramente se ganaría el odio de muchos por esa actitud al menos a mí me causaba mucha molestia sus actitudes, cuando por fin termino varias llamadas se acercó a nuestro anfitrión, y como siempre cambio delante de él.
-Le agradezco su ayuda Señor Sazuke dígame ¿cuánto le debo por las llamadas que me permitió hacer?
-Joven Shields no es nada, para mí es un honor dígame ¿le puedo ayudar en algo más?
-Sabe de alguien que pueda acercarme a Tokio al parecer me buscan por todos lados, pero no puedo comunicarme con mi gente.
-Ya es tarde joven la gente del pueblo va a descansar temprano nuestras jornadas empiezan muy de madrugada, creo que será mejor que espere mañana a primera hora podrá llevarlo alguien.
-Tengo que llegar lo antes posible mi familia está preocupada les he dejado recados.
Por primera vez lo veo preocupado, serio y eso me hace cometer la tontería más grande del universo –Yo puedo llevarte – ni siquiera supe a qué hora dije eso solo vi su rostro algo nuevo e indescifrable ¿eso es alegría?
-Serena ¿harías eso por mí?
-Sí y vámonos antes de que me arrepienta y te deje tirado a mitad de camino –le devuelvo al Señor Sazuke la taza de té y me despido salgo rápidamente al auto, de verdad que esto es una tontería pero ya está hecho, sube de nuevo como copiloto y me mira yo mantengo la vista al frente y trato de no verlo porque tal vez me arrepienta –tengo que regresar a la casa por mis cosas y ahí hay un camino que nos lleva a la carretera.
-Gracias cabeza de chorlito.
-Serena me llamo Serena Tsukino.
– ¿Ah sí? yo prefiero cabeza de chorlito.
Gruño… si gruño me exaspera, como puede ser tan insoportable tal vez si lo deje abandonado a mitad de camino, solamente que cierre esa gran bocota puede que llegue a Tokio sano y salvo, llegamos a la casa subo por mis cosas solo esa pequeña maleta con la que llegue no más, bajo las escaleras, que difícil es para mí dejar todo esto y veo por última vez la pared con las fotos tomo una la última que nos tomamos ahí el mes pasado todos sonreíamos la pego a mi pecho la guardo en mi bolsa y camino al auto ahí está afuera recargado con los brazos cruzados ya sin el saco negro solo con su camisa azul seria guapo sino fuera tan arrogante.
-Dame las llaves yo conduzco te ves cansada y quiero llegar sano y salvo.
-Es mi auto y yo conduzco si de verdad quieres llegar mejor cierra esa gran boca y sube.
Guardo mis cosas en el maletero y subo, él está ya arriba tomando agua lo fulmino con la mirada nuevamente y avanzo, mirada al frente Serena… inhala y exhala
-Y dime ¿qué hacías sola aquí?
-Cierra boca o duerme, pero no hables
-No acostumbro dormir cuando una ermitaña conduce el auto que me llevara a casa ¿puedo poner música?
-Haz lo que quieras mientras me dejes en paz
-¿lo que quiera? -me sonrojo y escucho su sarcástica risa prende el mp3 y comienza a sonar una melodía Toxic de Britney Spears- uff una chica toxica ermitaña y loca mantendré los ojos abiertos tal vez quieras propasarte conmigo.
Freno y hago que casi se golpee la cabeza con el parabrisas – escucha bien porque no lo repetiré dos veces, si quieres llegar a Tokio será mejor que cierres tu gran boca y dejes de molestarme o sino baja inmediatamente de este auto.
-Está bien cabeza de chorlito -hizo una seña de cerrar sus labios cruzo sus brazos y no volvió a hablar un buen rato, yo conducía y el cansancio comenzó a hacer de las suyas, sentía que mis ojos se cerraban, claro tenía dos días que no dormía más que unos 15 minutos y me despertaban las horribles pesadillas, me orille y baje del auto para tomar aire, él hizo lo mismo y solo podía sentir su mirada recorrerme.
-Toma conduce ya estoy cansada aún falta mucho y no me siento bien-le lanzo las llaves y rápidamente las atrapa, sin hablar sube al auto y comenzamos de nuevo el viaje de regreso subo mis pies al asiento me hago un ovillo tengo frio y no traía un abrigo enciende al aire acondicionado y me observa sin decir nada recargo mi cabeza en la ventana y mis ojos se cierran.
Mi cuerpo me duele siento algo caliente recorrer mi rostro escucho a lo lejos unas sirenas trato de abrir los ojos pero no puedo, mis brazos los siento pesados no estoy cómoda, no es el asiento trasero del auto es duro intento abrir los ojos no puedo, escucho voces, no se me hacen conocidas solo alcanzo escuchar -están muertos no hay más que hacer… Hay una chica atrás, siento una mano tocarme intento moverme mi cuerpo no responde, está viva rápido vengan, mis ojos se entreabren todo está de cabeza ¿el auto volcado? Siento como me rescatan el pánico se apodera de mí no quiero que me toquen, no… papá…. intento gritar mi cuerpo no responde, mamá… no sale ningún sonido de mi garganta no sé qué sucede todo se vuelve obscuro otra vez.
-hey cabeza de chorlito despierta es una pesadilla.
Abro mis ojos y me encuentro con esos ojos azules zafiros pero son fríos muy fríos, me acomodo en el asiento del copiloto otra vez esa pesadilla, veo a todos lados estamos ya en Tokio es de mañana y estamos parados frente a una gran casa podría decir una mansión.
-Llegamos, bienvenida a la residencia Shields, vamos pasa creo que necesitas despejarte un poco cabeza de chorlito.
Salgo del auto y contemplo la gran casa un jardín amplio al frente y un camino empedrado conduce a la entrada, don arrogante camina delante de mí, no sé ni porque lo sigo creo aún estoy aturdida por el horrible sueño, no llegamos aun a la puerta cuando se abre y sale una chica muy linda que corre hacia él y lo abraza, claro su esposa seguramente… detrás de ella vienen dos mujeres más que también se lanzan a sus brazos, me quedo observando y giro sobre mis talones para irme de ahí.
-Serena te presento a mi familia -su voz cambio de nuevo ya no soy cabeza de chorlito porque diablos hace eso la pelinegra aun lo abraza cuando volteo, aun no puedo sonreír así que hago una mueca-mi hermana Rei, mi hermana Lita y mi madre Gea.
Su hermana es pelinegra como él aunque debe tener mi edad y es muy linda delgada tiene una personalidad muy fuerte y me sonríe, su otra hermana es casi tan alta como Don arrogante cabello castaño y no se parecen para nada su madre es una mujer muy linda y elegante cabello obscuro y ojos azules y en ese momento en ambas veo esa mirada de lastima otra vez… todo me da vueltas y se pone obscuro apenas escucho voces que cada vez parecen más lejanas.
No responde mi cuerpo aun, abro un poco los ojos, escucho varios términos médicos, voces extrañas y solo veo pasar rápidamente luces ¿estoy en el hospital? Amy ¿estará aquí? ¿Ya le avisarían? Por fin se detiene todo y me revisan manos me tocan, quisiera gritar que no lo hagan pero no puedo aun hablar, mi cuerpo no me responde y todo otra vez se vuelve negro.
-Ya está reaccionando, Mimet trae un poco de agua.
Abro mis ojos y estoy dentro de la casa y ahí están esas tres mujeres observándome
-¿Te sientes mejor? no te levantes trata de reponerte-dice la madre de Darien-Si gra… gracias
-Seguramente es porque no has comido- y ahí está Don arrogante de pie recargado en la pared con los brazos cruzados al frente y observando.
-Iré entonces a ver que te preparen algo Serena no te dejare ir así, y tu querido sube a darte una ducha seguramente vienes cansado ya tu padre viene para acá y quiere hablar contigo.
-Ya imagino lo que quiere decirme, podrías decirle a Malachite en cuanto llegue que suba a verme.
-Claro hijo ve.
Y lo veo desaparecer por una escalera al igual que su madre por un pasillo, y ahí están esas dos chicas viéndome, trato de incorporarme de a poco.
-No quiero dar molestias lo mejor es que me vaya.
-Ya escuchaste a mi mamá Serena y créeme que no te dejará ir, además me caes muy bien ¿dime como se conocieron tú y mi hermanito?
-Él llego a la casa donde estaba y me pidió ayuda.
– ¿Viste lo mismo que yo Lita?
-Rei nunca pensé verlo así de nuevo.
No entiendo de qué hablan, pero me siento poco a poco y tengo en mis piernas su saco ese aroma a él, lo dejo a un lado y acomodo un poco mi cabello que ha de ser un desastre no pongo mucha atención a lo que ellas dos hablan estoy sumida en mis pensamientos en querer salir de ahí, pero creo no será tan fácil, como diablos me metí en este problema debería estar aún sola… en casa… desahogándome.
-Definitivamente Serena eres nuestra heroína has rescatado a mi hermanito y te lo agradeceremos toda la vida.
-No es para tanto, la verdad me siento cansada y es mejor que me vaya a casa Rei verdad ¿te llamas Rei? –ella asiente y me sonríe, ¿él se verá así sonriendo?
-Pero no podemos dejarte ir sola espera a que Darien baje y te lleve a tu casa después de desmayarte no puedes conducir –decía Lita la otra chica y me ponía unos mechones de cabello tras mi oído- ha sido duro por lo que has pasado –abro mis ojos como plato es que ella sabe parece leer mis pensamientos y sigue- mi madre era la principal benefactora de la fundación de tus padres, el día del funeral fuimos mi madre y yo pero creo que no nos has reconocido.
-Lo siento yo…
-No te preocupes Serena te entiendo… también estábamos al pendiente ya que tu hermana Amy está ahora cargo de la fundación y la estábamos ayudando a encontrarte estaba muy preocupada.
-Cierto Amy… debo llamarla ¿me pueden prestar su teléfono?
Rei me lo alcanza y me dejan a solas para que hable con ella, tomo el teléfono y marco a su celular es lo mejor no sabría dónde encontrarla, Amy es tan madura, aún recuerdo cuando a mis padres les dio la noticia que quería estudiar medicina como ellos, estaban felices, siempre nos han apoyado en las decisiones que tomamos aunque algunas sean muy estúpidas, mi hermana gemela Mina ella decidió estudiar actuación, y en unos días hará un casting para una película, mis padres ya habían dejado todo para estar con ella ese día, ahora solo estaremos Amy y yo… por mi parte decidí estudiar pedagogía y me especialice en los pequeños de jardín de infantes me encantan los niños, mis niños…. Deben extrañarme las clases ya comenzaron y no pude estar con ellos por…
-Serena ¿estás bien?
-Si Amy ya estoy de regreso en Tokio, aun no llego a la casa pero estaré ahí más tarde después te cuento, solo te puedo decir que estoy con la familia Shields ¿los conoces verdad?
-Claro que si-la escucho aliviada- me están apoyando mucho con la fundación y cuando desapareciste me ofrecieron ayudarme, ¿ellos te encontraron?
-Es una larga historia Amy, pero más tarde hablamos ¿Dónde estás?
-En el hospital, pero si quieres voy ahora mismo contigo
-No Amy sigue nos vemos más tarde, cuelgo y aprieto el teléfono a mi pecho, alzo la mirada y ahí está el con unos jeans deslavados grises y una playera azul ¿será su color favorito? Dejo el teléfono al lado para dejar de verlo no sé porque tiene ese efecto de ponerme nerviosa.
-Mi madre me manda decirte que está servido el desayuno ¿te sientes bien puedes pararte?
-Si gracias -camino y el avanza por un pasillo lo sigo hasta que abre una puerta y me deja pasar es un comedor muy grande puedo contar apenas unas 20 sillas de un solo lado con una vista hermosa al jardín ya que no hay muro de un lado solo un vidrio grande que da una vista hermosa ahí están ya Rei, Lita y la madre de Darien me siento y él hace lo mismo a mi lado, una mujer joven de cabello rubio corto a los hombros llega y comienza a servir sé que se llama Mimet porque así le llaman todos, veo mi plato no sé si pueda comer.
-Vamos hija come un poco
-Quisiera ir a mi casa
-Si comes un poco te dejare ir, la llevarás ¿verdad Darien?
Parece atragantarse con la comida y rápidamente toma agua de una copa que tiene servida delante de él.
-Le pedí a Malachite que la lleve
-Hijo, Serena te trajo hasta aquí lo mínimo que puedes hacer es llevarla tú mismo.
Asiente y hace una mueca sé que me ve de reojo y quisiera no llevarme, pero lo hace obligado así que apuro a comer para terminar con esto cuanto antes, las tres mujeres hablaban no sé a ciencia cierta de que solo me concentraba en comer para poder irme de ahí y dejar de sentir esa fría mirada que estaba a mi lado.
Terminado el desayuno nuevamente me agradecieron el que llevará a Darien con ellas, yo pienso que exageran mucho Rei me abraza inesperadamente y me hace prometerle que nos veremos de nuevo para ir de compras solo asiento, la madre de Darien me dice que puedo volver cuando quiera y que puedo contar con ellos, no fue gran cosa lo que hice pero ellas hacen parecer que es así, cuando veo que entra un hombre alto cabello platinado corto tipo militar moreno y vestido con un traje negro una camisa impecable blanca y corbata negra.
-Sr. Shields la camioneta esta lista.
-Gracias Malachite –y le entrega mis llaves- yo conduciré tu ve tras nosotros con el auto de la señorita Serena.
Como cambia este hombre con las personas y seguramente cuando estemos solos me molestara diciéndome cabeza de chorlito, me despido de ellas y salimos en la puerta esta una impresionante camioneta de lujo negra Lincoln esperándonos, él me abre la puerta y subo puedo ver aun a las tres ahí en la puerta sonriéndome se sube se pone unas gafas oscuras y avanzamos, lo veo de reojo y por primera vez es silencio todo el camino puedo ver cómo tras de nosotros viene mi auto y hago todo para evitar que nuestras miradas se crucen.
Llegamos a mi casa, se quita las gafas y me mira fijamente, puedo sentir su fría mirada recorrerme pero no quito mi vista del frente.
-Cabeza de chorlito estas sana y salva en tu casa.
-Gracias, puedes quitar el seguro y entregarme mis llaves
-¿Tienes algo que hacer esta noche?
-Sí, no te imaginas tengo un montón de cosas por hacer Darien Shields ahora puedes abrirme- y después de evitar verlo estoy ahí nuestras miradas fijas cruzo mis brazos al frente mientras él sonríe de lado.
-Te pongo nerviosa.
-No… me sacas de quicio y sabes que me caes mal muy mal con tus aires de grandeza creyéndote el dueño y señor de todo dando órdenes y tomando cosas como si fueran tuyas y no creo que esa educación te la han dado en casa porque tu madre y tus hermanas son distintas, y créeme que aún no me explico porque te ayude cuando la verdad no te soporto…. –tomo aire, todo lo dije tan rápido que apenas recuerdo respirar y ahí está sin inmutarse un poco y aun con una sonrisa lobuna recargando su brazo derecho en el asiento logrando desesperarme más, coloco un mechón de cabello tras mi oído.
-Bien, un placer conocerte cabeza de chorlito espero que la próxima vez que nos veamos estés de mejor humor y tal vez…
Se baja de la camioneta y va a mi lado abre la puerta y bajo rápidamente en cuanto estoy afuera tomo aire parecía que me asfixiaba y ahí afuera de su territorio comienzo a recuperarme, Malachite ya está llegando hasta él y le entrega las llaves de mi auto, sin esperar más sube a la camioneta y espera.
-Gracias por traerme me das mis llaves –las toma en el aire casi a la altura de su rostro y me toma la mano derecha algo que no me esperaba en cuanto me toca de nuevo siento esa corriente eléctrica recorrerme y me pone las llaves en la palma de la mano, en un movimiento inesperado me jala tomándome de la cintura y me besa … un beso que como nunca nadie me había dado y que me hace flotar llegar al cielo y pisar las nubes cierro los ojos y entonces él se separa de mí.
-Hasta pronto cabeza de chorlito.
Abro los ojos y no puedo ni moverme veo como sube en la camioneta en el lado del copiloto y la camioneta avanza la veo como se pierde al final de la calle y me quedo ahí con las llaves del auto en mi mano aun en el aire y sin poder moverme cuando logro reaccionar la ira me invade es un… es un… imbécil…
– ¿Quién es un imbécil Serena?