Cuento «La capa de Cata» por María Isabel Rovalo

María Isabel Rovalo Flores, mexicana. Es diseñadora textil trabajó en la industria de la moda con Macario Jiménez por 10 años. Con un giro profesional, cambia de quehacer: del vestido a las artes plásticas.
Isabel estudió en la Universidad iberoamericana la licenciatura en diseño textil, diplomados en pintura y dibujo. En la academia de San Carlos estudió esmalte sobre metal además dibujo natural. En Casa Lamm cursos libres de Historia del Arte, iconología y gestión cultural.
Participó en el taller de cerámica con Magda Alazraki. Actualmente en el Taller de Dana Aerenlund realizando cerámica utilitaria, escultura y grabado. Participó en exposiciones en la universidad iberoamericana, los institutos de la UNAM, Casa Lamm y en espacios privados. Tiene obra en colecciones privadas, en espacios públicos del Hotel JW Marriott de la ciudad de México y JW Marriott en Los Cabos. También tiene obra en las habitaciones del hotel JW Marriott de los Cabos. Durante la pandemia empieza a escribir en el taller de escritura creativa Ibero desde Madrid. Con la literatura, encuentra un medio más para la expresión. Un pretexto donde ampliar las ideas. Un medio lúdico de inventar personajes e infiltrarlos en la realidad y a los protagonistas verdaderos incluirlos en un espacio de ficción.

Compartimos con ustedes el cuento «La capa de Cata» de la escritora mexicana María Isabel Rovalo, el cual forma parte de la Antología de Cuento Latinoamericano Contemporáneo, un ambicioso proyecto editorial dirigido por Astrolabio Editores. Este proyecto tiene como objetivo brindarnos un panorama completo de lo que se escribe hoy en el género del cuento, posiblemente el género más leído en América Latina.

La capa de Cata

Cata estaba lista para salir a escena. Había dejado las zapatillas de punta y ahora bailaba descalza. Las plantas le dolían. Los ensayos interminables le provocaban laceraciones diferentes a las del ballet clásico, no por ello menos intensas. Había esperado toda una vida, quince años, para presentarse en el teatro como prima balerina. Tenía un estilo muy particular que la hacía pieza rara, le permitía destacar entre muchas otras dentro del cuerpo de baile. Figura desde que era una novata. La llamaban la nueva Isadora Duncan pues, aunque no bailaba desnuda, usaba una capa delgadísima que de alguna manera salía de entre su melena rojo imposible y le funcionaba como velo. Este material ligeramente translucido sugería de forma vedada las formas de su cuerpo. Provocaba envidia y curiosidad pues nadie, ni los expertos del gremio, entendían en que fibra estaba tejido el fino textil.

Los primeros acordes del piano en el escenario sonaron dando entrada al vals de Brahms que interpretaría. Como lo hacía Isadora, Cata bailaba con movimientos libres de su propia inspiración. Usaba el finísimo manto de color pálido para distinguirse. El misterioso accesorio daba un efecto mágico que amplificaba los movimientos de sus brazos como si con esto dejara una estela sutil detrás, como una memoria.  Su capa asemejaba las alas de una figura fantástica que junto a la iluminación magistral del teatro la hacían particular en el centro del escenario. La única figura existente era ella y el resto, en la oscuridad, no podía más que admirarla.

Un día regresó llorando del colegio, su madre le ordenó en voz imposiblemente baja: “Trabaja con lo que tienes.” Desde entonces el excedente, aunque salía de su melena, tenía la posibilidad de ser capa de super héroe, toga en el teatro griego, abrigo que cubría todo su cuerpo, vestido ajustado por un cinturón, a fin de acentuar una increíble y diminuta cintura.

Desde que había empezado a bailar le funcionaba como velo tentador para dirigir a voluntad como extensión de las extremidades superiores, acentuando con esto la intención de su arte. La joven estaba acostumbrada a causar admiración con su presencia.  Explotaba como parte de su avatar el filamento que cubría su cuerpo desde el primer día. Logró engañarlos a todos.

La melodía estaba por llegar a su fin.  La adolescente trataba de grabar en su cuerpo y su memoria ese momento tan deseado: Plié, gran yeté, dramatismo con saltos al cielo; partes de drama arrastrándose por el suelo. Al final, después de entregar el cuerpo vigorosa, con la frente perlada por el sudor y el corazón ocupando todo espacio vacío en el teatro, Cata esperaba estática. En la posición final buscaba el sonidoestruendoso del aplauso. La gente del publico quieta y en silencio, la observaba. Nada. Cata podía escuchar la profunda respiración y la tos nerviosa de algunos tan cerca como si pudieran tocarla. Por primera vez, enajenada buscaba del sonido de los aplausos como respuesta. El filamento que hasta entonces era un accesorio en el vestir de la bailarina, se le había levantado desde dentro de los rizos. Como antenas, unos translúcidos cuerpos cóncavos, se movían de lado a lado para buscar la respuesta del público. Las orejas de Catalina, antes capa sugerente, se revelaban de forma voluntariosa y evidenciaban su verdadera función: Las orejas son para escuchar.

La Antología de cuento latinoamericano contemporáneo es un proyecto editorial dirigido por Astrolabio Editores y la Fundación Grupo Latino, tiene como objetivo brindarnos un panorama completo de lo que se escribe hoy en el género del cuento, posiblemente el género más leído en América Latina.

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