Les compartimos el primer capítulo de la novela K’ÓOM del autor Rodrigo Morales. 

Autor: Rodrigo Morales Pérez (mexicano). 

 

UN DÍA COMUN EN K´ÓOM

 El amanecer es anunciado por el canto de los gallos, la algarabía de algunas aves no se hace esperar, el sol comienza a salir e iluminar con sus primeros rayos el hermoso Valle, los K´iin se reúnen en una gran terraza de la pirámide, desde donde ven los primeros rayos de sol, se toman de las manos con la frente en alto para recibirlos, elevan una plegaria.

__ K´iin I: gran señor que todo iluminas, te agradecemos por permitirnos ver este nuevo amanecer, lleno de toda tu magnificencia, ilumínanos hoy con tu sabiduría, para seguir el camino que nos has enseñado, de bondad y amor con nuestros semejantes, no nos abandones, ponemos en tus manos nuestras vidas y la de todos los seres que habitan tu hermoso Valle.

De manera inmediata encienden en un enorme cuenco tallado en piedra con un sol de oro, incienso hecho de sabia de diferentes árboles y flores, el aroma se esparce por todo el lugar, es embriagador, es un olor único que te transporta fuera del lugar, e lleva a un gran viaje a las estrellas, dan un par de vueltas alrededor aspirando el humo que emana. Los K´iin terminan el ritual y se reúnen en un hermoso salón finamente decorado, por escenas del lugar, tienen una enorme mesa de roca solida tallada hábilmente, allí tratan los asuntos relacionados con el gobierno, como todos los días K´óom marcha de manera correcta, no hay nada de qué preocuparse; cada uno se retira a sus obligaciones propias de su cargo. Mientras en el Valle todo es normal, en los hogares las mamás alistan a sus pequeños hijos para asistir a sus clases, según su edad es su asignatura, otros se preparan para ir al trabajo, los niños se visten con ropas muy coloridas, bordadas por las propias manos de sus artesanos, es común ver sobre la mesa sus bebidas típicas como el pozol, hecho a base de maíz y cacao o el pinol, maíz tostado, deliciosas tortillas acompañadas de huevos en diferentes presentaciones, o platos de frutas bañado por miel que producen sus colmenas, sus platos son hechos de barro finamente decorados, sus cucharas de madera, las calzadas del Valle se vuelven transitadas de un momento a otro, todo es felicidad en el lugar, las mamas caminan con sus hijos rumbo a las escuelas, para después ir a su mercado, el mercado es un hermoso lugar muy bien organizado, la vista se congratula al ver hermosos y brillantes colores de las variedades de frutos y hortalizas que ahí hay, y el olfato es aún más feliz con los deliciosos aromas que emanan de tan pintoresco lugar, quienes asisten a buscar sus alimentos llevan canastas tejidas con bejucos del lugar, hermosas canastas, las personas se saludan con gran respeto y alegría, sus rostros son de felicidad, no hay preocupación alguna en ellos, muchas risas se escuchan.

__Poblador I: buenos días, hermano.

__Poblador II: que nuestros Dioses te Bendigan en este día.

__ Poblador III: que el árbol sagrado les proteja en este hermoso día.

Son saludos recurrentes entre quienes asisten al mercado. Quienes tienen la responsabilidad de laborar en los campos de cultivo llegan a ellos con gran alegría y trabajan cantando, así quienes están a cargo de los cultivos de plantas medicinales; en las escuelas las maestras y maestros, son felices enseñando a los niños, son salones pintoresco, con alta tecnología tal vez desconocida por quienes no habitan el Valle, al entrar los maestros toman en sus manos un artefacto cuadrado presionando un botón, de manera mágica se ilumina la pared, es una pantalla donde buscan el tema a estudiar, es fabuloso y motivante para los alumno aprender de esa manera, en una clase de ciencia es posible ver como si fueran en viaje a los planetas, las galaxias, las estrellas, eso les fascina, aprendiendo de manera rápida, en sus clases también tocan algunos instrumento musicales de manera magistral. Por las tardes cuando el reloj de piedra marca las 6:00 todos van al gran árbol sagrado, un gran reloj tallado en una de sus montañas,  los K´iin se encuentran al pie de la gran pirámide y de ahí parten al lugar, en su camino los pobladores abren paso para que ellos encabecen la marcha, aprovechan para saludarlos y bendecirlos, todos caminan hasta el árbol, al llegar los sabios reciben una reverencia del Ciervo, este inclina su cabeza luciendo sus majestuosas astas, abriendo paso los K´iin rodean con sus brazos el árbol hincados, los habitantes de K´óom algunos se posan sobre las grandes hojas de agua, otros alrededor del lago, todos oran:

__ K´iin I: gran árbol de la vida, que tienes el conocimiento de nuestro universo, tú que fuiste plantado por nuestro creador, danos tu bendición y la de él, sana nuestras mentes y cuerpos de cualquier mal pensamiento o enfermedad, cuida y protege nuestro Valle, danos a los K´iin la sabiduría para gobernar como nuestro señor lo desea, ilumina nuestro Valle, bendice el gran universo que nos vigila, a todos nuestros hermanos, no permitas que el mal aseche este tu hogar.

La bendición del árbol Sagrado cae sobre los habitantes de K´óom como hermoso rocío, sus hojas revolotean cual mariposas, desprendiéndose del árbol, agitando sus alas y cayendo a ellos un hermoso polvo brillante, que los cubre y baña por completo. Los pobladores al sentir caer sobre ellos el polvo, se regocijan de inmensa alegría, y eufóricos gritan al unisonó:

__ Pobladores: gracias, padre celestial.

Se abrazan entre ellos, es momento para que algunos aprovechen el regreso a sus hogares para platicar, comentar como fue su día. También para ir a una gran plazuela, rodeada de hermosas flores, un pequeño escenario en el centro, iluminado por miles de luciérnagas, ahí artistas llevan su arte, hay canciones, poemas y también exhibiciones de pinturas, otros aprovechan para disfrutar fuera de sus pequeña casas, a tomar el delicioso y aromático chocolate que cultivan, sus casas son hermosas echas de manera circular, con materiales del Valle, hermosamente pintadas con flores, arboles, animales y representaciones de sus Dioses, tienen pequeños jardines llenos de flores, en sus techos existen unos extraños objetos con el cual captan la energía del sol que las ilumina, los niños se les ve jugar tranquilamente, todo es felicidad en el hermoso Valle, es el lugar perfecto que todos alguna vez soñamos, donde quisiéramos vivir para siempre.

 

Deja un comentario