Cuento «Epifanía y los arcoiris» por Juana Santos Milachay

Epifanía y los arcoiris - Juana Santos Milachay - Revista Alquimia

Juana Carolina Santos Milachay Bogotá, 1995. Cursa el Certificado de escritura creativa en Español de la Universidad de Toronto. Su cuento “Nausícaa a través del espejo” fue ganador del concurso Hilando historias de mujer en España en el 2019 y se encuentra publicado en la antología Nostalgia bajo cero de la editorial Lugar Común (2020). Participa en la antología Narrativa Colombiana de Elipsis Editores (2021) y la antología de terror ¿Dónde están los otros? de la editorial Alborismos (2021). Sus cuentos más recientes están publicados en La casa en el arce: relatos de nuevas voces latinoamericanas de la editorial Lugar Común (2022). Vive en Hamilton, Ontario, donde se desempeña como maestra de francés y autora de textos educativos e infantiles.

Compartimos con ustedes el cuento «Epifanía y los arcoiris» de la escritora colombiana Juana Santos Milachay, el cual forma parte de la Antología de Cuento Latinoamericano Contemporáneo, un ambicioso proyecto editorial dirigido por Astrolabio Editores. Este proyecto tiene como objetivo brindarnos un panorama completo de lo que se escribe hoy en el género del cuento, posiblemente el género más leído en América Latina.

Epifanía y los arcoiris

Epifanía amaba crear mundos mágicos en su habilitación. Había tapizado el suelo con su
colección de cuentos ilustrados, abriéndolos en las páginas de sus ilustraciones favoritas. Así
podría tener en el mismo mundo al gran dragón chino, a la serpiente emplumada de México y las
sirenas de la Atlántida. Quería crear el mejor mapa de criaturas fantásticas de la historia y
recorrer esos espacios de aventuras y letras.

Sacó del clóset la colección de bufandas y pañoletas de seda que había heredado de su
mamá y las usó para formar caminos coloridos entre los libros. Los pañuelos más grandes serían
los mares; los más suaves, los ríos.También asignó un lugar especial para sus peluches, a quienes
otorgó importantes títulos en una gran ceremonia, que tuvo deliciosas galletas con mantequilla y
Coca-Cola servida en tacitas de té.
Estaba navegando con su mejor amigo, el búho Picasso, en una caja de cartón y sobre un
río particularmente rosado, cuando irrumpió el sonido de una puerta y una voz estridente.

ー¡Epifanía! ¿Qué es este desorden?ー dijo la voz retumbante.

ーEs mi reino encantado, mamiーexclamó Epifanía con una sonrisa valiente.
Pero antes de que pudiera invitarla a jugar, la voz preguntó.

ー¿Por qué tienes todos los libros en el suelo? ¡Y ni siquiera te has cambiado el
uniforme del colegio! Esas medias están llenando todo de arena.

ーNo mami, mira. Si me paro en puntitas de pie, no lleno de arena nada.

Y Epifanía bajó de su barco-caja para mostrarle cómo caminar sobre los libros y las
bufandas con equilibrio perfecto. Esto, sin embargo, en lugar de impresionar a mamá, pareció
enojarla más.

ー¿Qué estás haciendo? Así no se tratan los libros. Son para leerlos juiciosa,
sentada en la cama o en la sala, no para que te les pares encima. ¡Y mis pañoletas!
Son muy caras y no te las di para que las uses de tapete, sino para que aprendas a
vestirte.

Acto seguido, mamá empezó a recoger del suelo todos los libros, peluches y personajes.
También se chocó con la fiesta de té y regó un poco de coca-cola.

ー¡Y encima tienes comida en el cuarto! No sé cuántas veces tengo que decirte
para que entiendas, Epifanía. Ya estás muy grande, tienes que aprender a comportarte.

Epifanía se quedó muy quietecita, agarrando fuertemente a su búho. Tenía miedo de que
su mamá se lo fuera a arrebatar. Sintió sus ojitos llenarse de lágrimas mientras mamá recogía
todo del suelo y deshacía en segundos lo que tanto tiempo le había costado crear. Al verla tan
triste, mamá propuso:

ー¿Qué te parece si me ayudas a ordenar? Podemos hacerlo como un juego,
¿quieres?

Epifanía no quería jugar a otra cosa; quería su mapa fantástico, pero igual asintió en
silencio, abrazada a su búho. Mamá le entregó un libro.

ーYa vas a ver que mi juego es más divertido. Primero vamos a jugar a la
biblioteca. Tú y yo somos bibliotecarias y tenemos que ordenar los libros por tamaño y
color. Como haciendo un arcoíris.

A Epifanía le pareció bien el juego al principio, pero pasados unos minutos se aburrió.
Cuando intentaba hablar, mamá le decía “sh.. recuerda que estamos en la biblioteca”. Hacer el arcoíris también era muy difícil porque los libros tenían muchos colores distintos y a Epifanía le
parecía que era más importante separar los gatos de los ratones, los perros de los gatos y a los
dragones de los caballeros, porque, aunque todos fueran libros de color azul, seguramente iban a
pelearse si se hacían todos muy cerca.

Cuando mamá hubo declarado que la biblioteca estaba lista, le dijo a Epifanía:

ーAhora, cuando quieras jugar con los libros, puedes jugar a la bibliotecaria;
tomas un libro y te sientas a leer y cuando lo termines, lo vuelves a poner en su lugar.
Así es que se juega con los libros.

Epifanía no le quería decir a mamá que no le había gustado el juego porque ella casi
nunca tenía tiempo de jugar y le daba pena. Epifanía se sintió triste también de pensar que solo
iba a poder jugar con un libro a la vez y en silencio. Pensó que si sólo se podía jugar a la
biblioteca con ellos, entonces los libros, en realidad, eran aburridos.

ーAhora vamos a jugar a la tienda de ropa

Esto a Epifanía le emocionó un poquito, porque le gustaba mucho disfrazarse,
pero se desinfló cuando mamá agregó: ー Tú eres una empleada de la tienda y yo soy
tu jefe y estás ordenando la tienda al final del día. O sea, tienes que poner cada
bufanda y pañoleta en su lugar antes de la hora del cierre, que es cuando venga a
llamarte para cenar.

Y diciendo esto, mamá le mostró a Epifanía cómo debía doblar y colgar las prendas,
asegurándose que cada pañoleta y bufanda combinara con los vestidos, pantalones y camisetas
que estaban colgados en el clóset. ¡Esto a Epifanía le pareció más difícil todavía que hacer
arcoiris con los libros! Sobre todo porque su ropa tenía muchos colores. Cuando mamá subió a
inspeccionar su trabajo, le dijo podía jugar con las pañoletas cuando se fuera a vestir, ya no
como empleada sino de cliente, y que si recordaba bien las combinaciones, nunca habría desorden.

ー¿Ves? Los juegos para ordenar también son divertidosー dijo mamá mientras
le entregaba a Epifanía unos cuantos billetes de Monopolio. Antes de bajar a comer,
Epifanía echó un vistazo a su habitación. Aunque los libros y la ropa creaban arcoiris
ordenados, extrañaba mucho sus colores esparcidos por todo el lugar y pensó con
tristeza que no le gustaban tanto los juegos de ser grande; que prefería el desorden de
su mapa de fantasía para viajar a mundos insospechados.

La Antología de cuento latinoamericano contemporáneo es un proyecto editorial dirigido por Astrolabio Editores y la Fundación Grupo Latino, tiene como objetivo brindarnos un panorama completo de lo que se escribe hoy en el género del cuento, posiblemente el género más leído en América Latina.

1 comentario en «Cuento «Epifanía y los arcoiris» por Juana Santos Milachay»

  1. Excelente 👏👏👏!!!.Mil gracias por hacer tan vivas tantas situaciones que son permanentes en el día y en la noche del mundo !! .Hay otros que con amor nos configuran diferente y eso pasa cada segundo . Adaptación y sobre vivencia forman el cambio en el devenir, para ser más auténticos y autónomos , siendo esto, podemos ser el reflejo de la bondad en la creación del Ser Divino ❤️

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