Jerónimo Jaraba Díaz | Enero 2025

Jerónimo Jaraba Díaz. Estudiante de séptimo grado de la Institución Educativa Antonia Santos, en Sucre. Con once años, ha participado en varios encuentros y actividades relacionadas con la literatura y la cultura.
Hace mucho tiempo, hubo un matrimonio que tuvo cuatro hijos, tres mujeres y un varón; a este último le encantaba mucho cocinar y todo lo relacionado con la preparación de recetas, ya sean viejas o nuevas creaciones.
En esta familia tenían preferencia sólo por las niñas o lo que ellas desearan, dejando de lado a Juan, su hijo menor, e ignorando todo lo que tuviera que ver con él. Fue así que, el día menos esperado, fue abandonado por sus padres y hermanas, sin importarles el pequeño Juan.
Pero la tristeza le demoró muy poco ya que, su tía Merlina, decidió adoptarlo y apoyarlo en todo lo que quisiera para poder cumplir sus sueños; como, por ejemplo, inscribiéndolo en una escuela de gastronomía y repostería; esto, sin abandonar sus estudios académicos, eso era muy importante para su tía y la condición que le colocó para poderlo apoyar en sus sueños.
Así pasó el tiempo y Juan, con dedicación y esfuerzo, logró culminar su bachillerato al tiempo que se volvía más que avanzaba más en sus conocimientos culinarios. Pero, lamentablemente, todo no fue felicidad para él, pues, a sus 16 años y después de recibir el grado académico, su tía Merlina, falleció; dejando a Juan sólo y triste.
A pesar del fallecimiento de su tía, ya Juan no era tan pequeño, ya trabaja en un restaurante y podía valerse por sí solo. Y, en honor a su tía, decidió trabajar más y así, con sus ahorros, poder abrir su propio restaurante, más adelante.
Después de algunos años y de muchos esfuerzos y sacrificios, por fin logró Juan abrir su propio restaurante. Para la inauguración de este, decidió presentar a todos sus invitados una nueva receta creada por él, la cual se convirtió en la favorita de todos, tanto así, que la noticia de su maravillosa creación fue muy expandida por muchos lugares, logrando de esta manera, que no sólo los locales quisieran probar esta delicia de plato, sino que también, extranjeros.
Con la creación de esta maravillosa receta, vinieron muchas más, colocando al restaurante de Juan, como uno de los más visitados y mejor recomendados, logrando así ganar diferente premios y reconocimientos como lo fue La estrella Michelin.
Juan fue nombrado como “El maravillo Juan”, y su nombre y talento, llegó a muchos lugares y personas, entre ellos, a los de su mamá, quien al saber de lo importante que se había vuelto su hijo, quiso buscarlo, pero no porque lo extrañara, sino para sacar provecho de él, ya que, con su esposo e hijas, no había logrado las riquezas y lujos deseados.
Cuando la mamá de Juan apareció en su restaurante, le exigió dinero por el simple hecho de ser su madre, y que debía de comprarle una casa y carro. Pero para juan, fue como escuchar a una desconocida a la que no le debía nada, pues ella lo abandonó desde muy pequeño y nunca lo apoyó o mostró cariño hacia él.
Por esta razón, Juan le pidió que abandonara su restaurante y nunca más volviera a buscarlo, porque para él, sólo existió una mamá, y esa fue su difunta tía, quien siempre lo apoyó y por quien ahora está en el lugar que está y siendo…
Juan, el maravilloso chef.