El misterio de la estrella variable


Mary Ángel Romero| Enero 2025

Mary Ángel Romero estudiante de séptimo de la Institución Educativa Antonia Santos, en Sucre. Con once años ha participado en varias actividades y encuentros de literatura y cultura.

En una pequeña ciudad, donde el cielo nocturno era tan claro como el cristal, Eli, una astrónoma de 28 años, trabajaba en el Observatorio Nacional. Su vida era una mezcla de ciencia, pasión y misterio.

Una noche de octubre, mientras Eli analizaba datos en su laboratorio, recibió una llamada de su amiga Zoé, quien le habló sobre una extraña aparición en el cielo: una estrella que parecía pulsar con una luz intensa. Eli se mostró escéptica, pero Zoé insistió en que era algo anormal. Al día siguiente, decidió investigar. Revisó los datos de la noche anterior y descubrió una anomalía en la constelación de Orión. La estrella en cuestión parecía haber cambiado de brillo de manera inexplicable.

Eli fue más a fondo, analizando datos históricos y consultando con expertos. Descubrió que aquella estrella era una variable, pero su comportamiento era atípico. La comunidad científica se mostró intrigada. Mientras tanto, en la ciudad, la gente comenzó a reportar extraños sucesos: luces en el cielo, objetos voladores no identificados e incluso animales degollados en granjas, con un símbolo extraño grabado en sus pieles y plumajes.

Eli sospechó que había una conexión entre la estrella variable y los sucesos extraños en la ciudad. Al revisar la historia del lugar, descubrió que había sido un sitio de culto astronómico en la antigüedad. Los animales degollados resultaron ser parte de un sacrificio ritual realizado por un grupo secreto que buscaba comunicarse con la estrella variable. Eli se dio cuenta de que la estrella era un indicador de un evento cósmico importante.

Después de meses de investigación, descubrió que la estrella era un indicador de una lluvia de meteoritos que se acercaba a la Tierra. La comunidad científica se movilizó para preparar una respuesta. Gracias a Eli, la ciudad se preparó para el evento, y se convirtió en un lugar de peregrinación para astrónomos y curiosos.

El evento cósmico ocurrió sin incidentes graves. Eli se convirtió en una heroína local y fue publicada en revistas científicas internacionales.

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